Llombai reclama fondos a la Diputación y la Generalitat para evitar un posible derrumbe de la Torre Aledua del s. XII

“La Torre Aledua de Llombai necesita de una ayuda de emergencia para poder sobrevivir y en caso de no realizarse tememos por un derrumbe inminente que acabe con siglos de historia”. En dichos dramáticos términos se expresa el alcalde de la localidad, José Forés, quien en los últimos meses se ha puesto en contacto con varias administraciones valencianas para poder recibir la subvenciones necesarias para acometer una reforma y consolidación integral de la torre que adquirió la localidad para su protección. Un bien histórico y cultural que con el paso de los años ha ido degradándose y que el Ayuntamiento no está dispuesto a ver desaparecer pero que precisa de la capacidad económica de administraciones superiores que deben salir a su rescate. Sin embargo, y según denuncia el alcalde, las varias consultas realizadas tanto a la Diputación como a la Generalitat Valenciana han acabado con la misma respuesta: no existen fondos previstos para dicha consolidación, por lo que se teme que no se pueda realizar una actuación de emergencia y se ve peligrar el futuro de una construcción que se edificó allá por el siglo XII y que hasta el año pasado fue patrimonio familiar privado hasta que el Ayuntamiento decidió invertir fondos propios para su adquisición. “La Diputación, la Generalitat e incluso el Ministerio deben aportar fondos para asegurar el futuro de la Torre Aledua de Llombai porque es un patrimonio de todos y por qué habla de nuestra historia, de quiénes somos. No pueden dejar solo a un ayuntamiento humilde como el de Llombai que además ha realizado una inversión fortísima para asegurar las posibles obras. Ahora es el momento de que la Diputación, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España aporten fondos para que este bien patrimonial pueda ser disfrutado en los siglos venideros”, aduce Forés.

El castillo de Aledua es una fortaleza del siglo XII situada sobre una colina a la izquierda del río Magro y a unos cuatro kilómetros al este del núcleo urbano, en el despoblado de Aledua. De planta rectangular, cuenta con una torre situada en el centro, de tres alturas y sótano, construida en tapial sobre basamento de mampostería. La torre tiene una base cuadrada de 7,3 por 7,3 metros y una altura aproximada de 16,5 metros sobre el terreno circundante. Es muy similar a los demás castillos árabes de esta parte de València, casos de los que se pueden observar  en la Torre Muza en Benifaió, la Torre Espioca, la de Almussafes y otras. Unos granados silvestres abandonados alrededor del castillo dan fe de la construcción de esta atalaya-fortaleza por los árabes, ya que fueron ellos, precisamente, los que introdujeron el cultivo de granados en la península ibérica. De hecho, el topónimo deriva del árabe العدوة (al-ʿidwa) «la orilla [de un río]».  Su primera referencia documental viene del Libre del Repartiment, de 1238.

 

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